Hablar del propósito se puso de moda y ¿qué pasó? se convirtió en el nuevo mandato 2.0.
De pronto todas las personas necesitamos tener uno, y si no lo tenemos es por que algo está mal en vos.
Según este nuevo mandato, si no tenes un propósito en la vida, pareciera que estas perdida y que tu paso por este mundo no es lo suficientemente significativo e importante.
Todos esos posteos que hablan del propósito es una forma de positivismo tóxico.
Los nuevos gurús de internet nos están llenando de publicaciones con “3 simples pasos” que nos prometen encontrar el propósito de vida pero que, sin embargo nos dejan más vacías y perdidas que antes.
¿Es necesario tener un propósito? ¿Hay un sólo propósito? ¿Y si tenemos un montón? ¿Y si no hay ninguno?
La obligación de que debemos saber cuál es, cómo manifestarlo y sostenerlo a rajatabla, por los siglos de los siglos, ya que gracias a eso nos convierte en personas coherentes… sorry que lo diga tan cortito y al pie:
CANSA Y LASTIMA UN MONTÓN.
¿Y por qué digo que es una forma de positivismo tóxico?
Porque se nos pretende hacer creer que estamos entonces desperdiciando nuestro tiempo, y que así no podremos entonces, nunca jamás, sentirnos realizadas como personas.
Sabes que me defino como una persona cuestionadora, y que invito a que ustedes se cuestionen.
Permitite cuestionarte estos mandatos de moda.
Como ya dije en mis historias hace un tiempo atrás, a veces creemos que estamos en un tiempo fantástico de apertura, deconstrucción y libertad, pero lo que en realidad estamos haciendo es solo cambiar unos mandatos viejos por otros más nuevitos (toda escoba nueva siempre barre bien…).
El propósito no es un punto de partida, ni se planifica con metas a cumplir en determinado tiempo.
Empieza a surgir como resultado de aquello que vamos viviendo y especialmente de lo que vamos siendo y sintiendo en nuestro proceso.
¿Qué estoy haciendo mientras hago lo que hago?
¿Quién estoy siendo mientras hago lo que hago?
¿Qué estoy sintiendo mientras hago lo que hago?
¿Por qué lo hago?
¿Para qué lo hago?
Las preguntas permiten empezar a desandar y a comprender más allá de un mandato de moda.
Probablemente estés llena de propósitos, y en realidad no necesitamos saberlos (y eso está bien).
Cuando nos liberamos de las etiquetas que nos pusieron (o nos pusimos), de la mirada productiva del logro, cuando dejemos de ver el camino en términos binarios de éxito o fracaso, surge lo que en verdad nos libera.
Encontrar el propósito en estar acá, en este mundo, transitando la experiencia de ser humana, de estar viva, en compartir un tiempo consciente con quienes te hacen sentir valiosa y querida.
En ir hacia tu propia verdad, en tratarte con respeto y compasión, en hacer cualquier cosa que elijamos con la amabilidad y compromiso que podamos tener en ese momento…
en esas pequeñas cosas que te hacen volver a vos, y donde ya no hay nada que perseguir ni que conseguir.
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