Buscamos algo que nos llene.

Lo queremos desesperadamente.

Queremos que algo externo «nos complete» (porque hay una parte nuestra que le cuesta aceptar que somos y seremos incompletas).

Y ahí entramos en una.

Busco algo, pruebo, no me llena. Chau

Busco otra cosa, pruebo, no me llena. Chau

O me llena ese ratito pero después ¿qué viene ahora?

El patrón es nuestra insatisfacción.

Insatisfacción que se da por poner esas expectativas de que algo de afuera nos llene…

peeeeeero cuando descubrimos que «eso» no nos llena, que no era «por ahí»… salimos desesperadas a buscar en otro lado.

El tema es que sabemos que está bastante vapuleado el tema del bienestar, la felicidad, el propósito y la mar en coche.

Y claro, una ve a tanta gente «realizada» en las redes, que no te queda otra que pensar que sos un bicho raro porque a vos eso no te pasa.

Y ahí: desesperación.

Queremos encontrar a toda costa eso que nos genere felicidad constante, vibrar alto y danzar 24/7 al ritmo de las maravillas de la vida.

Y ponemos toda nuestra energía y recursos para ir «hacia allá».

¿Pero que paso? La foto era engañosa.

Viste cuando alquilas un departamento turístico, y en las fotos se ve alucinante y después llegas hasta ahí, con toda la ilusión de lo que te vas a encontrar… y chan, fue un fiasco.

Si, estaba el sofá de la foto, la silla… pero no se veía que los muebles estaban gastados, o que le faltaba la puerta al baño, o que el colchón de la cama es una piedra.

Y así, vamos probando.

Y en ese sentir que fuimos engañadas, nos lo tomamos personal.

«Mi vida es una mierda»

«Porque todo esto me pasa a mi»

«Por qué los demás si y yo no»

Bueno. Frenemos juntas.

La felicidad y plenitud como fin último en la vida, no existe.

Nos venden que cuanto más logres, más objetivos cumplidos tengas… entonces vas a ser más feliz.


Quiero que sepas algo, cuando hablamos en psicología de «una vida plena»… eso no está atrás de un objetivo: no es un lugar al que llegar.

La plenitud, es el viaje.

No se encuentra, se crea.

No está fuera, nace adentro nuestro.

Se trata de tomar decisiones que vayan en dirección hacia lo que es importante para vos.

Conectar con vos, tus necesidades y cultivar eso que te importa.

Lo fundamental es tener una conexión con tu GPS interior, marcar el camino con puntitos (cual Google Maps),  unos objetivos basados en tus valores, y disfrutar del recorrido.